Hay que pensar que estámos en alguna remota región de la pampa argentina, que Beltroni es médico veterinario y que es un día muy caluroso de diciembre, más precisamente un 24. Hay que observar que Beltroni tiene un auto grande, ni viejo ni nuevo, bastante[…]
Las instrucciones eran acotadas. Debía llegar a una oficina a las 2:00 p.m, y esperar un email con la solicitud de trabajo. Yo anhelaba ser periodista y esa era la puerta, que finalmente abrí para encontrarme con un escritorio barato, un teléfono fijo y una[…]
Esta es una historía extraordinaria que Beltroni me contó hace mucho tiempo, de la que he dudado, descreído y vuelto a creer, según a mí también me van pasando los años. La cosa era que Beltroni, ocupado en sus quehaceres veterinarios, viajaba hacia un pequeño[…]
Un estado de frustración generalizada lo paralizó frente a su biblioteca, no podía encontrar un libro cuya existencia era segura, ya que lo había leído pocos años atrás. Encontrar en cambio títulos de cuando aún no vivía en esta ciudad, ni tenía hijos, libros de[…]
Fue en la pandemia, un tiempo del que ni me puedo acordar bien, tan antisocial, tan silencioso e incierto que parece mentira haberlo atravesado en realidad. Me acuerdo salir a la calle desierta, ver el cielo sin aviones, que acá en San José, Costa Rica,[…]
Fuera de su trabajo cotidiano de escuchar, entre otros relatos, los sueños de sus pacientes, los días del Doctor Rossi discurrían por el cause bien establecido de una vida tranquila y metódica. Los sábados, bajaba de su apartamento a desayunar al “Café de la Plaza”,[…]
La historia iba mucho más allá de que todos los sábados un pony diera sus simétricas vueltas a una plaza, montado por niños de ciudad. Su nombre era Mario, y se decía que tenía un alma humana, precisamente de un hombre que estaba pagando los deslices de[…]
Beltroni se había hecho una casa en un terreno grande, así que tenía mucho patio, con perros, quinta y hasta gallinas. Primero apareció un cuis macho, a lo pocos días la hembra y luego las primeras crias. Entraron cavando túneles por debajo de la tapia[…]
Cuando éramos chicos, mi abuela solía llevarnos a una heladería que estaba a la vuelta del departamento donde vivía, en pleno centro de la ciudad. La heladería era una marca local de apellido familiar, en una época donde no existían las cadenas ni franquicias. No[…]
El primer verano, en las tardes calurosas, cuando era una bebé recién nacida, sus papás comenzaron a llevarla a la piscina a remojarle los piecitos. El verano siguiente, aprendió a flotar casi al mismo tiempo que a caminar, algo que a todos en la familia[…]
Desde el escritorio donde escribía su tesis tenía la panorámica de la esquina. Sentado allí, durante meses vio a un hombre cruzar la calle, al rededor de las ocho de la mañana, y en las tardes cerca de las cinco, siempre con un maletín y[…]